miércoles, 8 de enero de 2014

La sinrazón de los aeropuertos

Como bien decía en el título del blog, éste trata sobre fotografías e historias, así que ahora me toca contar una historia, eso sí, con algunas fotos de aviones en los que he ido volando en los últimos años.

A mi vuelta de las vacaciones de navidad hice una escala de cuatro horas en el aeropuerto de Zurich y pude comprobar la poca seguridad que existe en aviones y aeropuertos. Desde el 11-S la psicosis se apoderó de todos los aeropuertos del mundo y se endurecierón las medidas de seguridad pero ¿para qué?

Hasta ahora, yo viajaba tranquilo pensando que nadie podría pasar objetos peligrosos dentro del avión. Creía que en el control de seguridad te quitaban las colonias y los desodorantes, ya que son peligrosísimos y a saber qué se pueda hacer con ellos. También suponía lo peligroso que puede ser un bote de mostaza sin desprecintar cuando éste pasa de los 100 ml o que te hagan abrir la maleta porque llevas unas salchichas y se creen que es algún tipo de explosivo.

Uno de los problemas más grandes que he tenido con la seguridad del aeropuerto, fue al pasar con una boquilla de trompeta, un pequeño objeto de metal que el segurata de turno se obcecaba en ponersela en la mano a modo de arma diciéndome que se lo podía clavar a alguien y secuestrar el avión. Después de este fin de semana mi pregunta es: "¿Para qué toda esta mentira?"

La historia comienza con un vuelo Madrid-Frankfurt con escala de cuatro horas en Zurich. Durante estas cuatro horas a uno le entra hambre y se lanza a un restaurante en el interior de la terminal para comer y se da cuenta de que no puede pagar, ya que Suiza no pertenece a la UE y su moneda son los francos suizos (CHF). Busco rápido un cajero para sacar la mínima cantidad posible, 50 CHF en este caso (unos 42 €) y una hora y media después, saciado el apetito por la módica cantidad de 24 CHF (los precios en Suiza merecen una discusión aparte), me dedico a dar un paseo por las tiendas de la terminal. Como en todos los aeropuertos, se venden las cosas típicas del país, en este caso: chocolates, relojes y navajas suizas. Compro algo de chocolate y compruebo que me queda dinero suficiente para una navaja suiza de un tamaño considerable. Me decido a probar suerte y comprarla pensando que me la envolverían en algún paquete especial que avise al personal de entrada al avión de que porto un arma peligrosa (navaja de 8 cm). Pago en caja y me dan la navaja tal cual. Ingenuamente pregunto: "¿Y puedo pasar al avión con esto?" obteniendo la inquietante respuesta de: "¿Por qué no?"
Así, entre contento por mi compra y preocupado por lo que se puede comprar dentro de un aeropuerto (las había de mayor tamaño), me dirijo a mi puerta de embarque ya que quedan cinco minutos para empezar a embarcar. En la puerta un cartel con los objetos prohibidos a bordo (entre ellos navajas y navajas suizas) pero nadie se preocupa por lo que he podido comprar dentro del aeropuerto y paso al avión con mi navaja. 

¿De verdad es más peligroso un bote de mostaza comprado en el exterior que una navaja suiza comprada en el interior del aeropuerto?


¿Qué opináis?

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